¡Hola!
Como había dicho antes últimamente he tenido tendencia a leer mucha poesía,
supongo que estoy en una fase…. No lo sé. Pero como sea quería compartir mis
descubrimientos con ustedes así que estuve pensando en una nueva sección de
poesía. –Oh, Otoño pero si ya habías
empezado una – Sí, ya lo sé pero no la actualicé nunca mucho por eso de que
antes no leí mucha (por no decir nada) poesía, y no quería solo quedarme con
publicar el poema sin más, pero tampoco sé muy bien qué es lo que quiero hacer.
Creo que me gustaría acompañar los poemas con algunas imágenes o algo así… Como
ya dije, no estoy muy segura. Sin embargo decidí simplemente no aplazarlo más y
dejar que la sección vaya evolucionando sola, por ahora el día de hoy les
traigo un poema de un escritor mexicano llamado Jaime Sabines que supongo que
conocerán.
Me
habían recomendado muchas veces a Sabinas sin embargo nunca había tenido el
impulso de leerlo hasta hace unos días y entre lo que pude leer de él, este
poema me llamó la atención, no sé muy bien por qué. Podría ser la métrica que
me resulta tan natural, o la sinceridad del poeta, pero el punto es que fue de
ese tipo de poemas que te llegan sin más, no sé cómo explicarlo, solo que lo
leí y sentí que decía de cierta forma cosas que yo no podía moldear en palabras
y tocó una parte sensible de mí, así que me pareció perfecto para iniciar la
sección.
"En la sombra estaban sus ojos
Y sus ojos estaban vacíos
Y asustados y dulces y buenos
Y fríos.
Y sus ojos estaban vacíos
Y asustados y dulces y buenos
Y fríos.
Allí estaban sus ojos y estaban
En su rostro callado y sencillo
Y su rostro tenía sus ojos
Tranquilos.
En su rostro callado y sencillo
Y su rostro tenía sus ojos
Tranquilos.
No miraban, miraban, qué solos
Y qué tiernos de espanto, qué míos,
Me dejaban su boca en los labios
Y lloraban un aire perdido
Y sin llanto y abiertos y ausentes
Y distantes, distantes y heridos
En la sombra en que estaban, estaban
Callados, vacíos.
Y qué tiernos de espanto, qué míos,
Me dejaban su boca en los labios
Y lloraban un aire perdido
Y sin llanto y abiertos y ausentes
Y distantes, distantes y heridos
En la sombra en que estaban, estaban
Callados, vacíos.
Y una niña en sus ojos sin nadie
Se asomaba sin nada a los míos
Y callaba y miraba y callaba
Y sus ojos abiertos y limpios,
Piedra de agua, me estaban mirando
Más allá de mis ojos sin niños
Y qué solos estaban, qué tristes,
Qué limpios.
Se asomaba sin nada a los míos
Y callaba y miraba y callaba
Y sus ojos abiertos y limpios,
Piedra de agua, me estaban mirando
Más allá de mis ojos sin niños
Y qué solos estaban, qué tristes,
Qué limpios.
Y en la sombra en que estaban sus
ojos
Y en el aire sin nadie, afligido,
Allí estaban sus ojos y estaban
Vacíos".
Y en el aire sin nadie, afligido,
Allí estaban sus ojos y estaban
Vacíos".
-Jaime Sabines
Y eso es todo...
¿Les ha gustado el poema? ¿La sección?
Hola!!!
ResponderEliminarJaime Sabines es uno de mis poetas favoritos, este poema específicamente no lo había leído. Mi favorito se llama Los amorosos y es muy bueno.
Me gustó mucho tu blog y tu sección.
Saludos.
¡Hola! No he leído ese aun pero iré directamente a buscarlo, ya me ha picado la curiosidad.
EliminarGracias, me alegra que te haya gustado
Saludos