Hola, antes de iniciar
con esta entrada quiero enfatizar el hecho de que el título es increíblemente
dramático pero ha sido el único que me ha parecido que captura de lo que quiero
hablar el día de hoy.
Antes que nada y como
en la mayoría de estas entradas, quiero especificar también que el propósito de
estas entradas no es criticar de ninguna manera a los autores ni a su obra sino
simplemente poder tener una conversación sobre un tema que me parece recurrente
en la literatura juvenil, para lo cual por supuesto saldrán a relucir algunos
ejemplos, sin embargo como ya he dicho no pretendo molestar a nadie con mi
opinión y mucho menos irrespetar a los autores o libros que estoy a punto de
mencionar porque de hecho si sé algo de estos autores es porque yo misma los he
seguido y consumido de su obra por lo que en algunos casos ni siquiera estaré
resaltando algo negativo sino simplemente utilizándolos para explicar mis
puntos.
Recientemente me he encontrado un poco
atascada en las lecturas, es más, no he logrado terminar un libro hace más o
menos un mes y la cantidad de libros que he iniciado y dejado sin acabar va en
aumento, así que en mi fugaz desespero decidí probar cosas que me sacaran de la
rutina y así tal vez regresar de nuevo a mi ritmo normal de lectura. Probé
cambiar de idioma, probé cambiar de formato e incluso probé una lectura que
debió haber sido ligera y quiero enfocarme en ella, porque no, el día de hoy no
venimos aquí a hablar del bloqueo lector.
Tomé esa lectura con la
esperanza de terminarla en unos dos días y aquí estoy dos, casi tres semanas
después con el marcador en la mitad exacta del libro sin poder avanzar más de
un par de páginas al día. Se preguntarán de qué libro estoy hablando y como mi
intención no es mantener una intriga lo diré directamente: Oblivion – Jennifer.
L. Arnmentrout, si no sabes de qué trata este libro te diré que solo necesitas
saber que es el mismo primer libro de la serie de Lux (Obsidian) pero narrado
desde la perspectiva del protagonista masculino, Daemon Black.
Cuando se anunció la
salida de este libro hace un poco más de un año recuerdo sentir una emoción desbordada,
así que apenas pude leerlo no dudé ni un segundo y empecé con él, y no mentiré,
las primeras páginas lograron engancharme como alguna vez, no hace mucho, la
saga lo había hecho, sin embargo llegó un punto en el que algo extraño sucedió.
De repente fui consciente de lo forzado que se sentía todo, todas esas escenas
que ya conocía ahora vistas desde otro punto pero que a diferencia de su
narradora principal no tenía una construcción real, llegó un punto en el que ni
siquiera sentí que la Katy de Obsidian fuera la misma Katy que Daemon nos
describía en Oblivion y eso me llevó a pensar en ¿Hasta qué punto es sano que
un autor siga expandiendo un mundo cerrado?
Por lo que he querido
hablar de esas circunstancias que me parecen que van en contra de la obra y su
reputación.
1).
ADAPTACIONES:
Hasta hace un tiempo yo
era del tipo de personas que defendía las adaptaciones sin importar que tan
malas fueran porque sentía que fuese el resultado que fuese no había forma de
que me quitaran lo que había vivido con el libro así que solo podía ser
añadidura, sin embargo después de analizarlo un poco me puse a pensar en lo
importantes que son las adaptaciones cinematográficas.
Sabemos perfectamente
que es mayor la población que ve películas que la población que lee libros y la
mayoría de personas que no suele leer tan recurrentemente no suele tener
inconvenientes con ver una película antes de leer su libro, ahora, esto
significa que esa adaptación está siendo digerida por personas que no tienen
algo con qué compararla y si el resultado viene a ser nefasto es difícil que se
sientan motivados a comprar un libro de un autor que dio su bendición a la
destrucción de su obra, por lo que en mi opinión eso habla bastante mal de su
autor. Pero al seguir pensándolo llegué a la conclusión de que a veces incluso
una buena adaptación puede ser perjudicial, e intentaré explicarme dando el
ejemplo más claro posible:
Bajo
la Misma Estrella – John Green
Difícil y mucho es
encontrar una adaptación tan fiel a un libro como lo es “Bajo la Misma Estrella”, desde el sountrack, pasando por el libreto, por el casting y hasta la ambientación es impecable, muy bien cuidada
hasta el punto de casi transmitir lo mismo que al leer el libro, así que cuando
vi la adaptación del que es además uno de mis libros favoritos y me encontré
con que estaba tan bien hecha sentí muchísimo alivio y alegría, sin embargo
recientemente he empezado a ver las connotaciones negativas que tiene la
película, algo que creo que se puede apreciar fácilmente con el recibimiento de
“Paper Towns” del mismo autor.
La audiencia ha recibido
la película y el mismo libro como en parte lo que es pero encasillándolo,
diciendo que es el mismo romance adolescente con el añadido del cáncer, y creo
que ahí se perdió la esencia del libro. No hablaré ahora de mis interpretaciones,
o de la razón por la que me gusta tanto la historia, pero hablaré de lo que no
vi en él, porque yo no vi una historia superficial de dos adolescentes, no vi
amor adolescente, no vi un libro para pasar el rato y llorar un poquito, vi
algo más complejo, sin embargo el fenómeno de la película le trajo al autor una
reputación según yo, negativa. Porque si bien él escribe para adolescentes, es
su propósito y no tiene nada malo, lo que digo es que todo el revuelo, toda la
fama ha reducido mucho lo que es el libro para mí, lo ha bajado de niveles, lo
ha hecho parecer más superficial cuando no lo es, ningún libro del autor lo es.
Por otro lado tenemos a
Laura Gallego una escritora que ha resaltado su posición frente a la idea de
que sus libros se transformen en películas, y su respuesta es no. El
recibimiento seguro sería increíble, pero en mi opinión el hecho de que Laura
pueda decir que “no” por amor y respeto a su trabajo me hace valorarla mucho
como escritora. Con esto no quiero decir que las adaptaciones sean malas, lo
que digo es que principalmente el autor debe cuidar de su trabajo y asegurarse
de no vender su magia por popularidad y prestigio.
2.
LAS HISTORIAS TIENEN UN FIN
En este caso me
remitiré al mismo autor para explicar esto, porque sí, admiro mucho la posición
de John Green frente a sus libros y a la relación son sus admiradores.
¿Quién alguna vez no ha
escuchado peticiones para una continuación de “Bajo la Misma Estrella”? ¿O de “Paper
Towns”?
Pero el autor ha sido
claro y ha tenido una postura firme, él dice que su historia tiene un fin, un
fin exigido por la misma historia y que aunque deseará seguir escribiendo sobre
esos personajes no lo hará por respeto a su obra. Y sé perfectamente que si ese
libro saliera se agotaría en cuestión de minutos, yo misma estaría comprándolo por
simple curiosidad, ¡Cuántos ingresos representaría eso para el autor! Sin
embargo ¡Cuán mal hablaría de él! Yo como lectora entiendo perfectamente el
deseo de querer más, más de esa historia que nos apasiona, más de esos personajes
que tanto queremos, pero las historias DEBEN
tener un fin. Hay un momento, un momento mágico en el que es estrictamente
necesario que el autor suelte las riendas de su historia, que la libere, la
deje libre a la interpretación personal de cada persona que la lea, y al
extender todas esas historias cortas, todos esos libros de sagas secundarias,
precuelas, cambios de perspectiva, libros ubicados cien años después… Eso está
bien por un momento, por un poco, pero llega un momento en el que la calidad se
ve opacada por la cantidad, los mismos autores explotan su obra para sacar
dinero, para mantenerse en los primeros puestos de las librerías, pero ¿Para
qué? ¿Qué se consigue al seguir alimentando una historia que debió haberse
cerrado hace mucho? En el mejor de los casos resultan irrelevantes. Con esto no
digo que no puedan haber buenas historias cortas o buenas precuelas, es más uno
de mis libros favoritos es la historia corta entre “Shatter Me” y “Unravel Me”.
Creo que la pasión y la genialidad de la escritura de Tahereh Mafi colisionan
perfectamente en esas escazas cien páginas, capturan al personaje de una forma
que no consigue con los otros libros, sin embargo la segunda historia corta “Fracture Me” es francamente inútil,
sentí la clara intención de “descalificar” a un pretendiente para poder
resolver el triángulo amoroso, y eso va en contra de la obra.
Por poner un ejemplo
aún más drástico, tenemos a Cassandra Clare. Sus primeros tres libros para mí
fueron brillantes, innovadores, bien hechos, con ambientaciones preciosas,
giros en la trama y un muy muy buen elenco de personajes, pero al llegar el
cuarto libro sentí un punto de quiebre, un punto en el que la saga no volvió a
parecerme lo mismo, sentí situaciones forzadas, drama innecesario, etc… ¿Qué si
fue entretenido? Por supuesto. ¿Tuvo cosas rescatables? Más que eso, la autora
realizo movidas genuinamente audaces para continuar con la historia, sin
embargo no deja de ser una historia que debió haber acabado en el tercer libro,
si a eso le sumamos “Los Orígenes”, “Las Crónicas de Bane” y demás historias
relacionadas con el mundo de Cazadores de Sombras, que repito, ME GUSTA, durante mucho tiempo me gustó
mucho y solo pensaba en él, con el tiempo me di cuenta de que la autora estaba
explotando su idea sin piedad. Lo cual no considero una idea torpe, no es la
decisión de alguien torpe, es inteligente, pero siento que no es beneficioso
para su obra.
Para mí un escritor es
un artista, tan simple como esto, porque escribir es un arte, y el arte no responde
a la explotación, el arte es tan inestable, tan frágil que un mal movimiento
puede acabar con él. El arte no puede responder al dinero o a la fama, de lo
contrario pierde su pureza, pierde su magia. Yo entiendo que una recompensa
monetaria es lógica y no solo eso sino que es además muy bien merecida, pero
siento que por encima de todo, por encima de la fama y el dinero un verdadero
artista responde solo a su obra y a su obra nada más, y por lo tanto debe saber
cuándo ponerle un fin, debe saber decir BASTA.
3).
MANOS INVISIBLES
Con esto me refiero a
que las historias deben transcurrir con naturalidad y en ocasiones la manipulación del autor en la
obra es tan palpable que rompe todo el hechizo, todo el encanto de leer. Sin
embargo como hice en los dos puntos anteriores quiero hablar de lo positivo y
de lo negativo en esto.
Para empezar por lo
positivo pondré de ejemplo a García Márquez, un autor que me gusta mucho y cuyo
estilo de escritura no deja de maravillarme, y creo que uno de sus encantos es
esa manipulación de la obra. Había momentos en los que sentía que no era una
respuesta de Macondo en “Cien Años de Soledad”, que no era
simplemente el transcurso natural de las cosas, sino era la mano de García
Márquez, la mano que llevo el hilillo de la sangre de un personaje hasta los
pies de su madre, cruzando calles y girando por esquinas, la mano que
manipulaba el tiempo y viajaba en él a su antojo y la mano que hacía que
lloviesen flores amarillas, sin embargo esto está hecho es un ambiente creado
para ello, el autor creo un lugar en el mundo donde tenía libertad para
manipular, para construir, destruir, asesinar y hacer nacer lo que le placiese
y cuando le placiese.
Pero no hablo de esa manipulación, sino más
bien de cuando queda más que claro que el autor se ha hecho un lío con los
conflictos de la historia y no sabe cómo resolverlos y recurre a soluciones
apresuradas y sin sentido. Pondré el ejemplo de Jennifer.L. Arnmentrout en “Origin”, no quiero dar spoilers pero
quien haya leído el libro creo que podría coincidir en el hecho de que ciertas
pérdidas y decisiones de los personajes se ven más que forzadas, y de ahí en
adelante podemos simplemente enumerar la cantidad de cosas que no siguen su
curso natural sino que son la salida fácil de la autora. De nuevo repito que es
una serie que me gusta pero como me gusta me fijo en los detalles y este tipo
de cosas no se pueden ignorar. Es como cuando estás viendo una serie y dices “Ese no puede morir, sería malo para el
raiting” pues eso. Como si un actor se cansa, abandona el proyecto y matan
al personaje porque no saben qué hacer con él, o se abre un nuevo drama para
volver a captar la atención, o una pequeña escena para subir el factor del
llanto. Ese tipo de cosas van en contra del arte y la mayoría del tiempo solo
lo arruinan todo.
Y
eso ha sido todo el día de hoy….
¿Qué
opinan ustedes sobre lo que he hablado? ¿Hay alguna actitud que en su opinión
sea perjudicial para los libros?
Hola, me ha gustado mucho tu entrada y estoy de acuerdo con todo lo que mencionas, sobre todo con el punto de que toda historia tiene un fin y querer alargar las cosas por motivos monetarios resulta siendo perjudicial para la obra y para el mismo autor. Sin embargo, creo que aquí, además de la decisión del autor, entran también las de la editorial que lo publica. Y es que sabemos que al tener éxito una primera parte, la editrial le pedirá al autor escribir una segunda (si originalmente no se planeaba una), y lo peor de todo, en mi opinión, es tener un "deadline", que creo que es lo que empuja a muchos autores a tomar esas salidas fáciles o soluciones apresuradas en sus historias.
ResponderEliminarSaludos :)
Hola, me alegra que te haya gustado la entrada. Estoy de acuerdo contigo con lo de las editoriales, la verdad es que siempre he pensado que el autor debe tener mucha más libertad respecto a ese tipo de cosas sin embargo para que un autor pueda tomar todas sus decisiones tiene que tener mucha suerte para encontrar han editorial que confié tanto en el y por supuesto ganarse la confianza primero
EliminarOdio eso y siempre trato de no leer este tipo de libros. De la saga Lux solamente me falta el último y ese del que tú hablas estoy convencida de que no lo compraré. Un besote :)
ResponderEliminarNo te pierdes nada, espero que disfrutes el último libro, como ya te dije no es malo pero en mi opinión los primeros son mejores
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